El ser humano se distrae en cualquier faceta de la
vida y en cualquier actividad que esté desarrollando encuentra la distracción.
Sabemos que es muy difícil mantener la concentración de forma prolongada porque
requiere un gran esfuerzo.
Por otro lado, conocemos por diferentes estudios que "conectarse y desconectarse" sin parar, cambiar la atención continuamente, tiene un impacto en nuestro cociente intelectual equivalente al de dejar de dormir durante una noche.
Por otro lado, conocemos por diferentes estudios que "conectarse y desconectarse" sin parar, cambiar la atención continuamente, tiene un impacto en nuestro cociente intelectual equivalente al de dejar de dormir durante una noche.
Según un estudio realizado en Harvard por doctores en
psicología, la mitad de los pensamientos que tenemos no tienen nada que ver con
lo que estamos haciendo.
¿Cómo afecta a
la conducción?
Si nos centramos en el acto de conducir, es sabido
que en el inicio de la conducción, el conductor novel le dedica una atención
prácticamente absoluta ya que le representa una tarea de cierta dificultad.
Recuerdo la concentración de mis alumnos en sus
primeras clases de conducción, lo cansados que acababan y las agujetas que
reconocían tener al día siguiente por el esfuerzo realizado. Era tal la
focalización sobre las diferentes tareas que requiere la conducción que
llegaban a dejar de observar estímulos tan importantes para la circulación como
los semáforos, las señales e incluso el vehículo y los peatones. Pero a medida
que adquirimos destrezas y habilidades vamos automatizando las tareas de la
conducción, cuestión que favorece la bajada de la atención.
La experiencia es buena para la conducción, nos ayuda
a predecir, a anticiparnos y también a utilizar nuestra capacidad metal para
otras cosas; pero esto puede provocar que dejemos de captar informaciones
relevantes que aparecen de forma inesperada y que suponen un riesgo para la
conducción. ¿Cuántas veces hemos conducido nuestro vehículo y, en un momento
determinado, nos hemos percatado que habíamos perdido la concentración y, de
hecho, no recodamos parte del trayecto?
Recuerdo haber leído un estudio realizado a unos
pilotos de aeronaves cuando practicaban con un simulador la operación de
aterrizaje; el monitor introdujo una variable imprevista, un Boing justo en
medio de la pista y en la posición de aterrizaje. Pues bien, gran parte de los
pilotos tomaron tierra encima del avión que había aparecido. La respuesta que
se le dio a este hecho fue la atención que habían de prestar a todas las
operaciones a realizar: luces, palancas, conversaciones, ratificación de las
órdenes que fue mucho mayor que el estimulo visual de ver un avión estacionado
en tierra y que hizo que pasara desapercibido.
No cabe duda que la visión periférica es muy
importante para la conducción. Así que, ¿de qué forma puede originarse la
distracción?
La distracción puede originarse de tres formas
distintas:
1.
Visual: apartando la vista de la carretera.
2.
Cognitiva: pensando en otras cosas mientras
conducimos.
3.
Manual: retirando las manos del volante.
Justamente la utilización de dispositivos electrónicos
como móviles, tabletas o GPS producen una desviación clara de la atención y si,
además, son usados mientras conducimos llegan a ser, sin género de dudas, peligrosos.
Un estudio del IAM (Institute of Advanced Motorists),
institución similar al RACC o RACE, nos recuerda que los smartphones pueden llegar a ser tan peligrosos en la conducción
como el consumo de alcohol al volante. Enviar un mensaje de Facebook o WhatsApp hace aumentar el tiempo de reacción casi un 40%. Esto nos
da una muestra del peligro que conlleva el uso de estos dispositivos mientras
se conduce.
En Catalunya, según el SCT, murieron a 30 días, 336
personas y muchas de ellas debido a una distracción (concretamente un 17,14%).
En todo el estado, y según fuentes de la DGT, este porcentaje se sitúa cerca
del 40%; en lo que va de año han muerto 156 personas por este mismo factor de
riesgo.
Entre el 3 y el 9 de junio se llevó a cabo una
campaña de control y concienciación, más control que concienciación, cuestión a
la que no me opongo sino muy al contrario, creo que son necesarias, arrojaron
los siguientes datos:
De los 4.312 conductores denunciados, 3.263 (el 75,7%)
lo fue por el uso del móvil, lo cual recordemos conlleva 200€ de sanción y la
detracción de 3 puntos.
Con lo expuesto hasta ahora, quiero reflejar una
constatación de la realidad, del mismo modo que también es una realidad que las
tecnologías están para quedarse e incorporarlas a nuestra vida de manera que
nos hagan más fácil y, en el caso de la movilidad, más segura. Es por ello que ante la proliferación no solo
de Apps sino de diferentes dispositivos no podemos juzgarlas como una cuestión
peligrosa por sí misma, de hecho, la información que ofrecen contribuye a
mejorar la seguridad vial de una forma u otra:
-
aplicaciones que actúan como limitadores
(avisadores de velocidad máxima),
-
asistentes en ruta,
-
localización de diferentes servicios como gasolineras
o áreas de descaso,
-
información legal en función del país por donde
circulamos como sus límites de velocidad y tasas de alcoholemia, ofreciendo un
listado de bebidas con las que alcanzarías dicha tasa,
-
situación del tráfico, de la calzada, de la
meteorología,
-
en algunos casos analiza también tu conducción y
actúa a modo de "caja negra", etc.
Tal como hemos comentado, la tecnología ha entrado en
el ámbito de la movilidad para quedarse y para ayudarnos a que sea una
actividad más segura y sostenible. La problemática de todo esto no es la
tecnología sino el uso que se hace de dicha tecnología. Su mal uso es el que
ocasiona las distracciones y los accidentes, la utilización en marcha de estos
dispositivos y aplicaciones es la que pone en riesgo a los usuarios.
En el mundo mueren aproximadamente 1.24 millones de
personas año, según el último estudio publicado por la OMS, es una cifra
inaceptable que no podrá reducirse si no tenemos conciencia del problema y
actuamos con coherencia.
No quiero cerrar esta aportación sin hacer mención de
un avance tecnológico que prevé salvar más de 2.500 vidas anuales. Se trata del
ecall, un sistema que será
obligatorio a partir del 2015 en los vehículos nuevos que se vendan en la UE. Su
misión será la de ofrecer información a
los sistemas de emergencia tras el accidente de tráfico sufrido por un usuario
como su posición exacta, el tipo de vehículo, el combustible que usa, sus
características, etc. datos que facilitarán el auxilio de los heridos.
La reducción del número de muertos indicado, que
también afectará al número de heridos graves, se podrá conseguir gracias a una
mejor actuación de los servicios de emergencia y, sobre todo, a que el tiempo
de respuesta se verá acortado, se calcula una reducción de un 40% en zona
urbana y hasta un 50% en zona interurbana.
En conclusión, la distracción es un factor de riesgo
que acarrea muchos accidentes y, por consiguiente, mucha mortalidad y morbilidad.
Debemos utilizar el sentido común, conduzcamos con precaución y recordemos que
el uso de las nuevas tecnologías no ha de ser un inconveniente si se
racionaliza y se usa convenientemente.
https://www.ccma.cat/tv3/alacarta/els-matins/les-apps-les-aplicacions-de-mobil-en-el-transit-informacio-o-distraccio/video/4623792/