“Si no seguimos los vientos que nos mandan llegaremos a un lugar de aguas tranquilas de donde seguramente no saldremos nunca” “Shakespeare” Parece que en la sociedad actual el individualismo, el éxito ante todo y por encima de todo, el egoísmo son valores en alza, debemos romper esa dinámica y volver a ser capaces de sentir, soñar y comunicarnos. Pruébalo seguro que te engancha.
viernes, diciembre 27, 2019
viernes, agosto 23, 2019
Carta a mi madre
Madre permíteme que te llame por tu nombre, Ana, ¡que bonito nombre tienes!
Siempre me enamoraste, y no lo digo con los ojos de hijo, lo digo con el corazón, con ese corazón tuyo que partías en trocitos para dar tu amor a aquellos que lo querían.
Ayer te fuiste de viaje, me decías que tus hermanas te llamaban y yo pensé que no te irías, que aún tenías muchas cosas que hacer aquí, pero no te pude retener, decidiste que era el momento, me dejaste triste porque yo te quiero a mi lado, pero me enseñaste que el egoísmo no era bueno.
Una vez leí a Mafalda, y decía “que compartir es morir un poco” pues es verdad, muero un poco de tener que compartirte con las estrellas, aunque pueda mirarlas cada noche, las veo muy lejos.
Madre, cuantas cosas nos hemos dicho estos días, y cuantas más me gustaría decirte, pero ya no es posible aunque sé que las sabes, hablábamos sin mediar palabra, nos mirábamos y sentíamos lo que pensábamos, yo me hacia el despistado y tú me decías que te ibas a marchar y no te quería escuchar.
Ana te quiero, gracias por darme la vida por enseñarme a compartir, a pensar en los demás, a dar sin esperar a recibir, gracias por tus enseñanzas que orgulloso trasmitiré a mis hijos, gracias por sentirte orgullosa de mi, pero que sepas que yo me siento mucho más de ti!
Ana te fuiste cuidando de todos y preocupada por todos cuando nosotros éramos los que debíamos pensar en ti.
Ana buen viaje y ahora que estarás con tus hermanos saca esa sonrisa que hacía brillar tus ojos azules.
Madre, te quiero.
Siempre me enamoraste, y no lo digo con los ojos de hijo, lo digo con el corazón, con ese corazón tuyo que partías en trocitos para dar tu amor a aquellos que lo querían.
Ayer te fuiste de viaje, me decías que tus hermanas te llamaban y yo pensé que no te irías, que aún tenías muchas cosas que hacer aquí, pero no te pude retener, decidiste que era el momento, me dejaste triste porque yo te quiero a mi lado, pero me enseñaste que el egoísmo no era bueno.
Una vez leí a Mafalda, y decía “que compartir es morir un poco” pues es verdad, muero un poco de tener que compartirte con las estrellas, aunque pueda mirarlas cada noche, las veo muy lejos.
Madre, cuantas cosas nos hemos dicho estos días, y cuantas más me gustaría decirte, pero ya no es posible aunque sé que las sabes, hablábamos sin mediar palabra, nos mirábamos y sentíamos lo que pensábamos, yo me hacia el despistado y tú me decías que te ibas a marchar y no te quería escuchar.
Ana te quiero, gracias por darme la vida por enseñarme a compartir, a pensar en los demás, a dar sin esperar a recibir, gracias por tus enseñanzas que orgulloso trasmitiré a mis hijos, gracias por sentirte orgullosa de mi, pero que sepas que yo me siento mucho más de ti!
Ana te fuiste cuidando de todos y preocupada por todos cuando nosotros éramos los que debíamos pensar en ti.
Ana buen viaje y ahora que estarás con tus hermanos saca esa sonrisa que hacía brillar tus ojos azules.
Madre, te quiero.
jueves, agosto 08, 2019
A propósito de la sanidad
Hace tiempo que quería escribir sobre la sanidad, sobre nuestra sanidad, sobre las personas que día tras día se enfundan en uniformes blancos, verdes o azules y que más allá del día, la hora o la estación del año están dispuestas a ofrecer lo mejor de ellos.
Podríamos hablar de los grandes médicos que tiene este país, grandes doctores de reconocimiento mundial que si nos ponemos a escribir de ellos podríamos pasar horas y páginas resaltado su labor. Aquí queda mi reconocimiento y admiración.
Pero en realidad quiero hablar de la "tropa", de ese ejercito de personas sonrientes, especiales y con grandes dosis de ayuda al prójimo que flanquean a los doctores y que son verdaderas lugartenientes. Hacen que nuestro paso por un centro de asistencia o un hospital sea lo mejor posible.
Todos somos público objetivo de la sanidad, todos la hemos necesitado, vamos a necesitarla o en su caso necesitamos de ella en este momento. Bajo mi prisma la sanidad es poliédrica, pero tiene dos grandes lados a resaltar, la de las personas que la gestionan (con ellos no va esta reflexión) y aquellas que dan todo lo que tienen a su alcance, incluida sus emociones, para mejorarnos día a día.
Vivimos épocas de recortes, de querer dar resultados a toda costa, se habla de sostenibilidad, de crecimiento y me parece bien, pero esos baremos no podemos aplicarlos a nuestra sanidad, una de las mejores del mundo a pesar de sus gestores y políticos, ni a la educación (otro día escribiré sobre ella) No quiero idealizar, porque hay margen de mejora, pero tampoco hacer un ejercicio de flagelación, como diría mi madre todo el campo no es orégano.
La relación que he tenido con la sanidad siempre me ha emocionado y siempre digo lo mismo, que poco reconocimiento y que mal pagada están estas personas, y más aún cuando alzas la mirada y ves otros sectores y los comparas con este magnífico ejército de personas que te curan, te cuidan, que cuando tus miedos te invaden sacan la mejor de sus sonrisas, te hablan y te dan una dosis rápida de esperanza, ¿qué será ese medicamento tan poderoso? hace verdaderos milagros.
Ahora en la habitación de un hospital junto a la cama donde descansa mi madre mirando por la ventana observando un bonito paisaje pensé que era el momento de rendir un modesto homenaje a las enfermeras y auxiliares que día a día desde que estamos aquí además de la prescripción de los doctores, ellas aportan su dosis de esperanza. Gracias a todos los que se han cruzado en mi vida y que me han ayudado, gracias a los que aún se tiene que cruzar y que sé que lo darán todo, porque de eso se trata, dar todo por los demás, bonito ejemplo para generaciones venideras en un mundo tan competitivo que si no hay un retorno no vale la pena actuar.
Se que en cuestiones de salud se trata de librar batallas, y que unas se ganan y que otras se pierden, en mi caso la estamos librando ahora, y la libramos con la serenidad y confianza en esas grandes personas que hacen grande a la sanidad.
Únicamente pido a políticos y gestores que respeten, que apoyen, que doten de recursos y sobre todo que estén a la altura de las personas que ellos mismos gestionan y que hacen que la sanidad española esté donde está.
GRACIAS
Manuel Nogales Romero
lunes, mayo 20, 2019
Etrasa participa en la jornada sobre la actualización del RD 70/2019 del Departament de Territori de la Generalitat de Catalunya
El crecimiento de las sociedades y del
transporte, sea de personas o de mercancías, están íntimamente ligados; la
evolución social y económica de nuestra sociedad tiene mucho que ver sin duda
con el transporte.
Actualmente la sociedad está viviendo
continuos cambios de paradigmas, cambios cada vez más rápidos y exigentes. Sin lugar
a dudas es la industria 4.0 (la era de
la digitalización) la que está imponiendo cambios rápidos, ya no es suficiente
con transportar, mover mercancías de un lugar a otro, y entregarlas.
Hay otros
aspectos que cobran una importancia
capital: seguridad, limpieza, aplicación
de nuevas tecnologías, descarbonización, aplicación de sistemas inteligentes y
automatización, entre otros. Y estos aspectos dan lugar a la concepción de movilidad tal como dice la propia
Comisión Europea.
El
modelo tradicional de transporte está superado. La
sostenibilidad del transporte estriba en crear una movilidad segura, limpia y conectada o incluso autónoma. Mientras el transporte no se
enfoque hacia estos objetivos, el modelo de transporte no irá avanzando en su
sostenibilidad y no podrá hacer frente a los nuevos retos que se le presenta.
Quiero
centrar mi aportación en dos cuestiones que entiendo primordiales para entender
hacia dónde se dirige el sector del transporte:
1ª El papel del
capital humano en un sector tan dinámico y vertebrador de las sociedades.
2ª La creación de un
sector atractivo para las personas a través de la formación en todos los
ámbitos.
El papel del capital
humano en un sector tan dinámico y vertebrador de las sociedades
Si tuviéramos que hablar del papel del
capital humano en un sector tan dinámico y vertebrador de las sociedades como
es el transporte, se podría resumir con un adjetivo: “importante, muy
importante”.
En la actualidad, en tres países de nuestro
entorno como son Francia (23.000), Italia (15.000), Alemania (45.000) y España
(12.000) nos encontramos con la realidad de necesitar más de 95.000
conductores. Una realidad que impacta sobre la necesidad de crecimiento y
desarrollo de una actividad que aporta aproximadamente un 3% del PIB en nuestro
país.
Una tercera parte de los empleados en
transporte europeo superan los 50 años de edad. En España el problema es mayor
ya que el 72% supera los 50 años y la mujer representa únicamente el 21% de los
empleados. Sin duda estamos abocados (ya sucede) a la falta de trabajadores,
siendo el acceso a la profesión de jóvenes y mujeres un factor necesario y que
aportará claros beneficios.
La Comisión Europea se ha planteado el objetivo
de desarrollar una política para atraer a más mujeres al sector y, con la reducción
de la edad para acceder a determinados permisos, hacer más atractivo el sector
a los jóvenes. En definitiva, conseguir atraer a capital humano con
competencias suficientes que puedan dar respuesta a los retos, no del futuro
sino ya a los actuales.
Si analizamos Alemania, y tenemos en cuenta
que más del 84% de los bienes se transportan por carretera y del perfil de sus
conductores (edad media 47 años), en los próximos años ese país necesitará 150.000
conductores.
¿Cuál
es el futuro del capital humano en el sector?
Nuevos retos, nuevas necesidades y nuevas
competencias para hacer frente a este cambio de paradigma. Estos son los retos
que debe afrontar el capital humano que integre el sector transporte, sea en el
ámbito de las mercancías como en el de viajeros.
La innovación y el desarrollo de modelos
económicos basados en la digitalización avanzan a una velocidad impensable hace
simplemente un par de décadas, de tal forma que ya se habla de la cuarta
revolución industrial, y el transporte no es ajeno a ello. Estos son los motivos
por los que debemos enfrentarnos a nuevos retos, nuevas necesidades, nuevas
competencias, dar respuestas a las demandas que se van a plantear, que darán
lugar a nuevas especializaciones y formas de actuar en el sector.
Por otro lado, si observamos la evolución en
cuanto a ocupación, en la actualidad ya hay más empleos que en el momento de eclosión
de la crisis en el año 2008. Estos empleos ya no se cubren con las mismas
competencias que el personal disponía entonces, en estos 11 años han aparecido
nuevas necesidades, nuevas forma de actuación que demandan mayor cualificación
y profesionalización de los trabajadores. Esto necesariamente no es un
problema, es sin duda una oportunidad y así es como debemos observarlo y
entenderlo.
¿Qué se necesita?
Formación, educación y sensibilización de conductores y profesionales del
transporte facilitando la incorporación de la mujer a este nuevo modelo para
avanzar hacia una movilidad sostenible
de la que habla la Comisión Europea. Hacer del sector un sector atractivo y
de futuro, vertebrador de oportunidades y de crecimiento, huir de ser un sector
“refugio”. Sin lugar a dudas, yo le veo un gran presente y un gran e
interesante futuro.
La creación de un
sector atractivo para las personas a través de la formación en todos los
ámbitos
Haciendo referencia el título de la de mesa
debate, “Valoración de las novedades y propuestas de futuro”, conviene recordar
que las continuas modificaciones en la normativa del transporte han perseguido
no únicamente la adaptación a un marco europeo y a las nuevas necesidades que
se presentan. Sino que también han perseguido y persiguen la mejora y
profesionalización del sector para lograr que los integrantes del sector
cuenten con las competencias necesarias para afrontar el reto que impone el
transporte y la logística.
Como hemos comentado, el sector debe ofrecer
retos y la posibilidad de desarrollo, así como cambiar su imagen. La sociedad
debe ser consciente de que es un sector vertebrador, a la vez que atractivo,
para desarrollar una carrera profesional y conseguir un crecimiento personal. Es
necesaria la formación, educación y tal como ya se ha comentado la facilitación
de la incorporación de la mujer a este nuevo modelo para avanzar.
Las carencias deben ser cubiertas e impulsar
la adquisición de competencias tecnológicas, idiomas, automatización de procesos,
etc. Pero sin la ayuda del sistema educativo esto será muy complicado
conseguirlo y hará que sigamos en el eterno bucle de no aproximarse al sector
por la imagen poco atractiva, y de poca consideración social. ¿A quién le gusta
estar en un sector no reconocido?
No cabe duda que esto se debe articular desde
la educación, acceso de carrera en el transporte y la logística en cualquiera
de sus ámbitos, desde los más básicos a los intermedios y finalmente las formaciones
superiores.
Para ello no únicamente debemos contar con el
acceso tradicional a la profesión, permiso de conducción y el CAP u otras
autorizaciones; debemos pensar en los certificados de profesionalidad, grados
medios y grados superiores, formaciones regladas que pueden ayudar al cambio. La
modificación de la Directiva 2006/126/CE ayudará sin duda a poder acceder al
permiso de conducción a una edad compatible con este tipo de formaciones: C1,
18; C1+E, 18; C, 18; C+E, 18; D1, 18; D1+E, 18; D 21 y D+E, 21.
Conseguir esta sostenibilidad no depende
exclusivamente de una inversión en nuevas tecnologías o sistemas menos
contaminantes, en la incorporación de la última tecnología en el vehículo, que
también, sino en conseguir que el factor humano acceda a esta profesión con una
perspectiva de futuro, de reto, de crecimiento, de pertenencia. Sin duda
resultará determinante para hacer de este sector un sector más profesional y
más atractivo que atraiga cada vez a más y mejor capital humano.
miércoles, enero 16, 2019
2018, ¿punto de inflexión o flor de un día en la reducción de la accidentalidad?
Si en 1990, fecha en la que se fueron publicadas las cifras del año anterior (1989), me hubieran dicho que treinta años después (2018) el número de fallecidos ascendería a 1.180, posiblemente no lo hubiera creído. Una reacción sin duda fruto de la desconfianza, de la propia ignorancia y de la resignación. Afortunadamente en este país se han tomado decisiones, se han realizado inversiones y se ha hecho tomar conciencia a los ciudadanos, por esta razón la cifra de fallecidos de este año que acabamos de dejar es totalmente inaceptable.
Tras unos años de estancamiento en el número absoluto de víctimas de accidentes de tráfico y con una sensible tendencia al alza, no únicamente en España, sino en toda Europa, me pregunto si el descenso de -1,5% de fallecidos y un -7,6 de personas hospitalizadas será el punto de inflexión para retomar la senda del riesgo 0.
Con un parque de vehículos en aumento, un incremento de la movilidad y un censo de conductores prácticamente estabilizado, este descenso puede parecer un buen dato, pero no lo es. Sinceramente creo que nos queda un gran trecho por conquistar y conseguirlo me parece que no ha de depender de un exceso regulatorio sino de la concienciación de las personas, de la inversión en las vías y de los avances tecnológicos.
Si observamos atentamente la radiografía de la accidentalidad de 2018, vemos que la foto no varía respecto a años anteriores: el 80% de los fallecidos son varones y el 74% de las víctimas se produjeron en carreteras convencionales, el único cambio o variación que se está produciendo es una tendencia al alta en el numero de vulnerables que fallecen, alcanzando ya un 35% de las víctimas.
Sin duda ahí tenemos una nueva variable a tener presente para el futuro más mediato, la regulación de los vehículos de movilidad personal (VMP) que, por su pluralidad y versatilidad, están presentes en nuestras vías a falta de una regulación concreta.
En relación a la edad, la más afectada es la de mayores de 65 años, seguida por la franja de 45 a 54 años. Curiosamente las personas que actualmente están entre los 60 y 65 años son los que se encontraban en el segmento de los 30 años cuando se dio el pico de mortalidad mayor en España (1989), siendo aquella la época en la que los jóvenes aportaban el mayor número de víctimas.
Todo esto me lleva a plantearme esta pregunta: ¿es 2018 un punto de inflexión o flor de un día en la reducción de la accidentabilidad?
Si me preguntaran si dentro de 20 o 25 años en nuestro país se habrán erradicado las muertes por accidente de tráfico, diría que sí, que se puede conseguir de forma fehaciente y realista el anhelado riesgo 0. Pero no bastará únicamente con la regulación y la legislación, será necesaria una mayor inversión en el mantenimiento de nuestras vías, los avances técnicos se harán más visibles a los vehículos y las vías, y la renovación del parque móvil jugará también un papel muy importante.
No obstante, si ustedes me preguntan cuál será el hecho diferenciador, sin ninguna duda diré que el factor humano: las personas deben tomar conciencia, respetar las normas, empatizar con el resto de usuarios y son fundamentales para lograr que la movilidad sea segura y que no perdamos la vida en las carreteras.
Manuel Nogales Romero
Director Desarrollo
Etrasa
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