El crecimiento de las sociedades y del
transporte, sea de personas o de mercancías, están íntimamente ligados; la
evolución social y económica de nuestra sociedad tiene mucho que ver sin duda
con el transporte.
Actualmente la sociedad está viviendo
continuos cambios de paradigmas, cambios cada vez más rápidos y exigentes. Sin lugar
a dudas es la industria 4.0 (la era de
la digitalización) la que está imponiendo cambios rápidos, ya no es suficiente
con transportar, mover mercancías de un lugar a otro, y entregarlas.
Hay otros
aspectos que cobran una importancia
capital: seguridad, limpieza, aplicación
de nuevas tecnologías, descarbonización, aplicación de sistemas inteligentes y
automatización, entre otros. Y estos aspectos dan lugar a la concepción de movilidad tal como dice la propia
Comisión Europea.
El
modelo tradicional de transporte está superado. La
sostenibilidad del transporte estriba en crear una movilidad segura, limpia y conectada o incluso autónoma. Mientras el transporte no se
enfoque hacia estos objetivos, el modelo de transporte no irá avanzando en su
sostenibilidad y no podrá hacer frente a los nuevos retos que se le presenta.
Quiero
centrar mi aportación en dos cuestiones que entiendo primordiales para entender
hacia dónde se dirige el sector del transporte:
1ª El papel del
capital humano en un sector tan dinámico y vertebrador de las sociedades.
2ª La creación de un
sector atractivo para las personas a través de la formación en todos los
ámbitos.
El papel del capital
humano en un sector tan dinámico y vertebrador de las sociedades
Si tuviéramos que hablar del papel del
capital humano en un sector tan dinámico y vertebrador de las sociedades como
es el transporte, se podría resumir con un adjetivo: “importante, muy
importante”.
En la actualidad, en tres países de nuestro
entorno como son Francia (23.000), Italia (15.000), Alemania (45.000) y España
(12.000) nos encontramos con la realidad de necesitar más de 95.000
conductores. Una realidad que impacta sobre la necesidad de crecimiento y
desarrollo de una actividad que aporta aproximadamente un 3% del PIB en nuestro
país.
Una tercera parte de los empleados en
transporte europeo superan los 50 años de edad. En España el problema es mayor
ya que el 72% supera los 50 años y la mujer representa únicamente el 21% de los
empleados. Sin duda estamos abocados (ya sucede) a la falta de trabajadores,
siendo el acceso a la profesión de jóvenes y mujeres un factor necesario y que
aportará claros beneficios.
La Comisión Europea se ha planteado el objetivo
de desarrollar una política para atraer a más mujeres al sector y, con la reducción
de la edad para acceder a determinados permisos, hacer más atractivo el sector
a los jóvenes. En definitiva, conseguir atraer a capital humano con
competencias suficientes que puedan dar respuesta a los retos, no del futuro
sino ya a los actuales.
Si analizamos Alemania, y tenemos en cuenta
que más del 84% de los bienes se transportan por carretera y del perfil de sus
conductores (edad media 47 años), en los próximos años ese país necesitará 150.000
conductores.
¿Cuál
es el futuro del capital humano en el sector?
Nuevos retos, nuevas necesidades y nuevas
competencias para hacer frente a este cambio de paradigma. Estos son los retos
que debe afrontar el capital humano que integre el sector transporte, sea en el
ámbito de las mercancías como en el de viajeros.
La innovación y el desarrollo de modelos
económicos basados en la digitalización avanzan a una velocidad impensable hace
simplemente un par de décadas, de tal forma que ya se habla de la cuarta
revolución industrial, y el transporte no es ajeno a ello. Estos son los motivos
por los que debemos enfrentarnos a nuevos retos, nuevas necesidades, nuevas
competencias, dar respuestas a las demandas que se van a plantear, que darán
lugar a nuevas especializaciones y formas de actuar en el sector.
Por otro lado, si observamos la evolución en
cuanto a ocupación, en la actualidad ya hay más empleos que en el momento de eclosión
de la crisis en el año 2008. Estos empleos ya no se cubren con las mismas
competencias que el personal disponía entonces, en estos 11 años han aparecido
nuevas necesidades, nuevas forma de actuación que demandan mayor cualificación
y profesionalización de los trabajadores. Esto necesariamente no es un
problema, es sin duda una oportunidad y así es como debemos observarlo y
entenderlo.
¿Qué se necesita?
Formación, educación y sensibilización de conductores y profesionales del
transporte facilitando la incorporación de la mujer a este nuevo modelo para
avanzar hacia una movilidad sostenible
de la que habla la Comisión Europea. Hacer del sector un sector atractivo y
de futuro, vertebrador de oportunidades y de crecimiento, huir de ser un sector
“refugio”. Sin lugar a dudas, yo le veo un gran presente y un gran e
interesante futuro.
La creación de un
sector atractivo para las personas a través de la formación en todos los
ámbitos
Haciendo referencia el título de la de mesa
debate, “Valoración de las novedades y propuestas de futuro”, conviene recordar
que las continuas modificaciones en la normativa del transporte han perseguido
no únicamente la adaptación a un marco europeo y a las nuevas necesidades que
se presentan. Sino que también han perseguido y persiguen la mejora y
profesionalización del sector para lograr que los integrantes del sector
cuenten con las competencias necesarias para afrontar el reto que impone el
transporte y la logística.
Como hemos comentado, el sector debe ofrecer
retos y la posibilidad de desarrollo, así como cambiar su imagen. La sociedad
debe ser consciente de que es un sector vertebrador, a la vez que atractivo,
para desarrollar una carrera profesional y conseguir un crecimiento personal. Es
necesaria la formación, educación y tal como ya se ha comentado la facilitación
de la incorporación de la mujer a este nuevo modelo para avanzar.
Las carencias deben ser cubiertas e impulsar
la adquisición de competencias tecnológicas, idiomas, automatización de procesos,
etc. Pero sin la ayuda del sistema educativo esto será muy complicado
conseguirlo y hará que sigamos en el eterno bucle de no aproximarse al sector
por la imagen poco atractiva, y de poca consideración social. ¿A quién le gusta
estar en un sector no reconocido?
No cabe duda que esto se debe articular desde
la educación, acceso de carrera en el transporte y la logística en cualquiera
de sus ámbitos, desde los más básicos a los intermedios y finalmente las formaciones
superiores.
Para ello no únicamente debemos contar con el
acceso tradicional a la profesión, permiso de conducción y el CAP u otras
autorizaciones; debemos pensar en los certificados de profesionalidad, grados
medios y grados superiores, formaciones regladas que pueden ayudar al cambio. La
modificación de la Directiva 2006/126/CE ayudará sin duda a poder acceder al
permiso de conducción a una edad compatible con este tipo de formaciones: C1,
18; C1+E, 18; C, 18; C+E, 18; D1, 18; D1+E, 18; D 21 y D+E, 21.
Conseguir esta sostenibilidad no depende
exclusivamente de una inversión en nuevas tecnologías o sistemas menos
contaminantes, en la incorporación de la última tecnología en el vehículo, que
también, sino en conseguir que el factor humano acceda a esta profesión con una
perspectiva de futuro, de reto, de crecimiento, de pertenencia. Sin duda
resultará determinante para hacer de este sector un sector más profesional y
más atractivo que atraiga cada vez a más y mejor capital humano.