lunes, mayo 20, 2019

Etrasa participa en la jornada sobre la actualización del RD 70/2019 del Departament de Territori de la Generalitat de Catalunya


El crecimiento de las sociedades y del transporte, sea de personas o de mercancías, están íntimamente ligados; la evolución social y económica de nuestra sociedad tiene mucho que ver sin duda con el transporte.

Actualmente la sociedad está viviendo continuos cambios de paradigmas, cambios cada vez más rápidos y exigentes. Sin lugar a dudas es la industria 4.0  (la era de la digitalización) la que está imponiendo cambios rápidos, ya no es suficiente con transportar, mover mercancías de un lugar a otro, y entregarlas. 
Hay otros aspectos que cobran una importancia capital: seguridad, limpieza, aplicación de nuevas tecnologías, descarbonización, aplicación de sistemas inteligentes y automatización, entre otros. Y estos aspectos dan lugar a la concepción de movilidad tal como dice la propia Comisión Europea.

El modelo tradicional de transporte está superado. La sostenibilidad del transporte estriba en crear una  movilidad  segura, limpia y conectada o incluso autónoma. Mientras el transporte no se enfoque hacia estos objetivos, el modelo de transporte no irá avanzando en su sostenibilidad y no podrá hacer frente a los nuevos retos que se le presenta.

Quiero centrar mi aportación en dos cuestiones que entiendo primordiales para entender hacia dónde se dirige el sector del transporte:

1ª El papel del capital humano en un sector tan dinámico y vertebrador de las sociedades.

2ª La creación de un sector atractivo para las personas a través de la formación en todos los ámbitos.



El papel del capital humano en un sector tan dinámico y vertebrador de las sociedades

Si tuviéramos que hablar del papel del capital humano en un sector tan dinámico y vertebrador de las sociedades como es el transporte, se podría resumir con un adjetivo: “importante, muy importante”.

En la actualidad, en tres países de nuestro entorno como son Francia (23.000), Italia (15.000), Alemania (45.000) y España (12.000) nos encontramos con la realidad de necesitar más de 95.000 conductores. Una realidad que impacta sobre la necesidad de crecimiento y desarrollo de una actividad que aporta aproximadamente un 3% del PIB en nuestro país.

Una tercera parte de los empleados en transporte europeo superan los 50 años de edad. En España el problema es mayor ya que el 72% supera los 50 años y la mujer representa únicamente el 21% de los empleados. Sin duda estamos abocados (ya sucede) a la falta de trabajadores, siendo el acceso a la profesión de jóvenes y mujeres un factor necesario y que aportará claros beneficios.

La Comisión Europea se ha planteado el objetivo de desarrollar una política para atraer a más mujeres al sector y, con la reducción de la edad para acceder a determinados permisos, hacer más atractivo el sector a los jóvenes. En definitiva, conseguir atraer a capital humano con competencias suficientes que puedan dar respuesta a los retos, no del futuro sino ya a los actuales.

Si analizamos Alemania, y tenemos en cuenta que más del 84% de los bienes se transportan por carretera y del perfil de sus conductores (edad media 47 años), en los próximos años ese país necesitará 150.000 conductores.

¿Cuál es el futuro del capital humano en el sector?

Nuevos retos, nuevas necesidades y nuevas competencias para hacer frente a este cambio de paradigma. Estos son los retos que debe afrontar el capital humano que integre el sector transporte, sea en el ámbito de las mercancías como en el de viajeros.

La innovación y el desarrollo de modelos económicos basados en la digitalización avanzan a una velocidad impensable hace simplemente un par de décadas, de tal forma que ya se habla de la cuarta revolución industrial, y el transporte no es ajeno a ello. Estos son los motivos por los que debemos enfrentarnos a nuevos retos, nuevas necesidades, nuevas competencias, dar respuestas a las demandas que se van a plantear, que darán lugar a nuevas especializaciones y formas de actuar en el sector.

Por otro lado, si observamos la evolución en cuanto a ocupación, en la actualidad ya hay más empleos que en el momento de eclosión de la crisis en el año 2008. Estos empleos ya no se cubren con las mismas competencias que el personal disponía entonces, en estos 11 años han aparecido nuevas necesidades, nuevas forma de actuación que demandan mayor cualificación y profesionalización de los trabajadores. Esto necesariamente no es un problema, es sin duda una oportunidad y así es como debemos observarlo y entenderlo.

¿Qué se necesita? Formación, educación y sensibilización de conductores y profesionales del transporte facilitando la incorporación de la mujer a este nuevo modelo para avanzar hacia una movilidad sostenible de la que habla la Comisión Europea. Hacer del sector un sector atractivo y de futuro, vertebrador de oportunidades y de crecimiento, huir de ser un sector “refugio”. Sin lugar a dudas, yo le veo un gran presente y un gran e interesante futuro.


La creación de un sector atractivo para las personas a través de la formación en todos los ámbitos

Haciendo referencia el título de la de mesa debate, “Valoración de las novedades y propuestas de futuro”, conviene recordar que las continuas modificaciones en la normativa del transporte han perseguido no únicamente la adaptación a un marco europeo y a las nuevas necesidades que se presentan. Sino que también han perseguido y persiguen la mejora y profesionalización del sector para lograr que los integrantes del sector cuenten con las competencias necesarias para afrontar el reto que impone el transporte y la logística.

Como hemos comentado, el sector debe ofrecer retos y la posibilidad de desarrollo, así como cambiar su imagen. La sociedad debe ser consciente de que es un sector vertebrador, a la vez que atractivo, para desarrollar una carrera profesional y conseguir un crecimiento personal. Es necesaria  la formación, educación y  tal como ya se ha comentado la facilitación de la incorporación de la mujer a este nuevo modelo para avanzar.

Las carencias deben ser cubiertas e impulsar la adquisición de competencias tecnológicas, idiomas, automatización de procesos, etc. Pero sin la ayuda del sistema educativo esto será muy complicado conseguirlo y hará que sigamos en el eterno bucle de no aproximarse al sector por la imagen poco atractiva, y de poca consideración social. ¿A quién le gusta estar en un sector no reconocido?
           
No cabe duda que esto se debe articular desde la educación, acceso de carrera en el transporte y la logística en cualquiera de sus ámbitos, desde los más básicos a los intermedios y finalmente las formaciones superiores.

Para ello no únicamente debemos contar con el acceso tradicional a la profesión, permiso de conducción y el CAP u otras autorizaciones; debemos pensar en los certificados de profesionalidad, grados medios y grados superiores, formaciones regladas que pueden ayudar al cambio. La modificación de la Directiva 2006/126/CE ayudará sin duda a poder acceder al permiso de conducción a una edad compatible con este tipo de formaciones: C1, 18; C1+E, 18; C, 18; C+E, 18; D1, 18; D1+E, 18; D 21 y D+E, 21.

Conseguir esta sostenibilidad no depende exclusivamente de una inversión en nuevas tecnologías o sistemas menos contaminantes, en la incorporación de la última tecnología en el vehículo, que también, sino en conseguir que el factor humano acceda a esta profesión con una perspectiva de futuro, de reto, de crecimiento, de pertenencia. Sin duda resultará determinante para hacer de este sector un sector más profesional y más atractivo que atraiga cada vez a más y mejor capital humano.