jueves, abril 29, 2010

Abrázate a la vida.

Este spot ya lo había visto hace días, pero lo había visto con la perspectiva que me da el haber trabajado toda mi vida en aspectos relacionados con la seguridad vial.


Pero hoy lo he recibido por correo electrónico, correo enviado por mi amigo Fernando Notaro, y lo he percibido de forma más amplia.

Es cierto que el cinturón de seguridad salva vidas, además en un número de personas increíble, desde que se inventara el cinturón de seguridad de tres puntos de anclaje, cinturón que habitualmente se utiliza en nuestros vehículos, más de un millón de vidas se han podido salvar, creo que nunca se lo podremos agradecer como se lo merece a su inventor, el Sr. Nils Bohlin.

Ciertamente podría estar escribiendo sobre el cinturón de seguridad un buen rato y ciertamente también lograría aburrir al más devoto de la seguridad, pero quiero lanzar una reflexión. ¿Cuál es el cinturón de seguridad que nos abraza a nuestra vida?, la familia, los amigos, el trabajo, el deporte, un poco de cada uno de los anteriores.

Seguramente tendremos tantos cinturones como personas, lo que es seguro que cada uno de nosotros necesita uno para poder vivir, lo cual me lleva a la segunda reflexión, ¿somos conscientes de cuál es nuestro cinturón de seguridad?, posiblemente es fácil entender que ciertamente en la vida se necesita un cinturón de seguridad, pero quizás más difícil saber cuál es el nuestro.

En definitiva, pon un cinturón de seguridad en tu vida…y conduciendo también


 

2 comentarios:

David dijo...

No consigo ver el vídeo, en cualquier caso y en relación a tu reflexión...

Sé quien me quiere, la cuestión es que si intuimos quiénes son nuestros cinturones de seguridad, debemos ser valientes para hacerle saber cuánto de importantes son para nuestras vidas... Todo está claro y sencillo y nos lo complicamos nosotros...

Me acuerdo de una película que dice: "Uno sabe pero se olvida de que sabe, ésa es la manera de convivir con la lucidez. Pero la cosa se complica cuando uno no puede olvidar. El despertar de la lucidez puede no suceder nunca, pero cuando llega, si llega, no hay modo de evitarlo; y cuando llega se queda para siempre.
Cuando se percibe el absurdo, el sinsentido de la vida, se percibe también que no hay metas y que no hay progreso. Se entiende, aunque no se quiera aceptar, que la vida nace con la muerte adosada, que la vida y la muerte no son consecutivas sino simultáneas e inseparables. Si uno puede conservar la cordura y cumplir con normas y rutinas en las que no cree, es porque la lucidez nos hace ver que la vida es tan banal que no se puede vivir como una tragedia."

Por tanto, dejemonos amar por nuestros cinturones de seguridad y al mismo tiempo, seamos cinturones de seguridad de nuestro entorno. Es lo que realmente tenemos.

Gracias Manolo

Manuel Nogales Romero dijo...

David, quiero entrar en el tema si retorica, tu comentario supera con creces al propio Post.
A decir verdad es algo que me llena de orgullo ya da sentido a aquellos que nos atrevemos a escribir “en el aire” nuestros pensamientos y dejarlos volar. No hay nada más bonito que tus ideas sean atendidas por otros y matizadas, ampliadas o incluso rechazadas. Yo a eso le llamo aprendizaje y me alegra decir que por lo menos tengo esa capacidad, la de aprender de los demás.

Gracias maestro